2 mayo 2016
Los cielos no dan tregua, nubes y más nubes... aunque hemos tenido algunos días despejados y no me puedo quejar, porque dos de ellos han sido intensamente limpios.
Los cielos no dan tregua, nubes y más nubes... aunque hemos tenido algunos días despejados y no me puedo quejar, porque dos de ellos han sido intensamente limpios.
Así que aproveché que teníamos que ir a preparar unas cosas al observatorio para el tránsito de Mercurio... que al ritmo que vamos me parece que lo veremos malamente... y según vi cómo estaba el cielo les dije a los chicos... yo si eso me salgo fuera un rato, si me necesitáis estoy recargando baterías conectada al telescopio. Así que saqué el pequeñín y preparé los mapas que.. oh! sorpresa! llevaba en el bolso con mi cuaderno de dibujo. La verdad es que tenía esperanza de poder mirar un rato antes de volver a casa así que me apunté algunos objetos con ese fin.
Tomé el mando y me encaramé a la escalera de TEDI+ cual vigía en la cofa de un barco. Es una tontería pero desde lo alto siempre me ha parecido que las estrellas están como más cerca, que las puedes tocar y alcanzar con la mano, aunque más bien se deba al mareillo ese que me da de andar subida en escaleras. Apunté al globular NGC 2419, quería disfrutar de él antes de que se empiece a sumergir n las brumas del horizonte oeste. Este objeto es fascinante por varios motivos: por ser uno de los globulares más grandes y brillantes de nuestra galaxia y por la distancia a la que se encuentra: 270.000 años luz, se dice pronto...
Por cierto que esta noche el cielo está excepcional.... muy limpio! tanto que se ven estrellas hasta el mismo horizonte. Aquí en las llanuras manchegas no hay una sola montaña así que me gusta cotillear a ver cuanto alcanzo a ver de latitud sur. El Omega Centauri se deja ver estos días muy coqueto, con los prismáticos es una bola de algodón que ya le gustaría a mis gatos pillar.
Por cierto que esta noche el cielo está excepcional.... muy limpio! tanto que se ven estrellas hasta el mismo horizonte. Aquí en las llanuras manchegas no hay una sola montaña así que me gusta cotillear a ver cuanto alcanzo a ver de latitud sur. El Omega Centauri se deja ver estos días muy coqueto, con los prismáticos es una bola de algodón que ya le gustaría a mis gatos pillar.
Aproveché para hacer un dibujillo del Nómada Intergaláctico así que llevé el telescopio con su ñiiñiiiii ghuiiiiiiiiiiiiii y esos ruidillos nocturnos y después de un rato observando comencé a dibujar con grafito sobre papel blanco.
El cielo no estaba nada mal, un blip del SQM-L: marca 21,20 otras veces 21,30 así que apunto el dato en el cuaderno. Pierdo la noción de la hora y como me niego a encender el teléfono para no deslumbrarme ... agarro una chinita del suelo y la lanzo contra la base de la cúpula... plonky! suena así porque ha rebotado con el tejado de al lado y enseguida escucho.. ¿eres tu? qué quieres? nada, que me digas qué hora es. Una vez satisfecha la necesidad me dice Fernando... Faustino pensaba que había crujido algo del edificio pero yo dije espera no vaya a ser que sea Leo.. y acertó. Todo por la oscuridad.
Este es el resultado del dibujo una vez escaneado e invertido:

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